jueves, 12 de septiembre de 2013

Los "Robin Hood" del siglo XXI.


He visto ya varias personas que en Facebook han compartido un link para la descarga "gratuita" de libros de texto para los colegios. Me da la sensación de que la gente que lo publica se cree un "Robin Hood" de barrio. Un poco como los que roban Mercadona y Carrefour para dárselo a los más pobres... ¡¿Pero qué cojones?! 
Está claro que el precio de los libros no es bajo y que tal y como están las cosas en España no se puede uno permitir dejarse 200 euros en libros por cada churumbel. Pero la culpa no la tienen las editoriales, la tiene el gobierno por no ser capaz de emitir las ayudas económicas necesarias para las familias que efectivamente, no pueden hacerse cargo de todos los gastos escolares de sus hijos. El problema está en que se intenta poner un "parche" (muy mal puesto por cierto) a un problema que sigue ahí.
Tampoco voy a ser una hipócrita y a decir que estoy en contra de la piratería porque yo soy la primera que se descarga música, películas, etc. Pero tampoco creo que sea algo de lo que poder enorgullecerse. La lucha debería centrarse en la corrupción política y no en putear a las ediotriales las cuales al fin y al cabo, emiten material para que "nuestros hijos" (yo aún no soy madre) puedan aprender algo de utilidad. 
Lo que pretendo con esta pequeña entrada es hacer un poco de "abogado del diablo" y hacer ver que no todo lo que brilla es oro. Que algo que consideramos muy loable quizá no lo sea tanto, incluso pueda ser una distracción del problema real. En fin, me voy a Londres para el fin de semana.

Sed felices.

sábado, 24 de agosto de 2013

Mi querido gentleman


Lo primero, que tenga barba. Que no tenga cara de niño, vamos,  que se vea que es hombre. Lo segundo, que sea rubio o pelirrojo. Nada de morenazos ni chulos de playa... de hecho, que no le guste la playa, que odie que se le pegue la arena y le de miedo lo que hay en el fondo del mar. Aunque por otro lado, aunque esté muy asustado de lo que las aguas marinas aguardan, esté dispuesto a acompañarme para asegurarse de que no me pasa nada. Que tenga un cariño incondicional pero que no me agobie. Que no me de besos todo el rato, pero que sí que me abrace, con fuerza y sentimiento. No quiero abrazos de dos palmaditas en la espalda, quiero de los que te quitan el aliento. Quiero que me haga sentir por él lo que no he sentido por nadie antes, que me ayude a cicatrizar antiguas heridas. Que me entienda y que sepa lo que necesito sin tener que decírselo. Que me vea, que me acaricie y que me agarre de la mano. Pero no todo el rato. Que me diga que me quiere, pero una vez al mes y que me lo demuestre, al menos una vez al día. Busco a alguien apasionado, pero no obcecado ni animal, no soy un trozo de carne ... ni él tampoco. No me gusta el tabaco, así que nada de fumar... de hecho que no tome droga alguna, salvo el alcohol. Que le guste la cerveza y mucho. Pero que tampoco le guste emborracharse todos los días del fin de semana. Que me ponga alto en su lista de prioridades, pero que no me endiose. Que me trate como una mujer, no como a una "princesita". Que le guste la política, que le interese lo que pasa en el mundo, me da igual la ideología o el color. Que sea consciente de su entorno. Que se abrume con una bonita puesta de sol y con un videjuego de última generación. Y sobre todo, que no tenga miedo al cambio, que quiera viajar conmigo y que esté dispuesto a empezar de cero varias veces.

Si alguien me pregunta qué es lo que busco en un hombre, esto es a groso modo, lo que espero... en principio.

Sed felices,

Lalalie


lunes, 22 de julio de 2013

La fuerza del prejuicio


Parece mentira cómo he podido tardar tanto en darme cuenta de que en efecto, los prejuicios son tan fuertes como nuestra propia personalidad. Es decir, esculpimos lo que somos y lo que seremos dentro de un marco de "cosas políticamente correctas" porque es lo "normal" y lo que se "esperaría de todo el mundo". Tal es así que, cuando alguien se sale de los esquemas preestablecidos, adquiere la categoría de patológico. Es más, hasta nosotros mismos llegamos a pensar que tenemos un problema, cuando en realidad es la sociedad la que tiene un problema con nuestra forma de actuar.
En gran medida, muchos basamos nuestra manera de actuar en función del efecto que tendrá sobre las personas que nos rodean. Sí, todos tenemos personalidad, pero ésta se ajusta a los distintos ambientes en los que nos encontramos. Porque desgraciadamente, a todos nos importa la impresión que dejamos y lo que los demás piensan de nosotros. 
No juzgo, pero sí critico... me autocritico. Muchas veces me he encontrado haciendo o diciendo cosas que creía que darían una mejor impresión o conseguirían una mayor simpatía de otra persona. Y lo peor de todo, es que inmeditamente después de decirlo/hacerlo te sientes estúpido y treméndamente incómodo. No estoy hablando de mentir, porque yo pocas veces miento. Estoy hablando de intentar hacerte más interesante o más simpático cuando en realidad, si al final pretendes iniciar una amistad o relación, esa persona tendrá que conocerte mejor que muchos otros y se acabará dando cuenta de cómo eres en realidad.
A lo que quiero llegar es que, me gustaría no sentir la necesidad de decorar mi personalidad para agradar a alguien o incluso ocultar lo que siento o pienso por agradar a la sociedad, porque es lo que está bien visto. Vida solo hay una y al final lo único que importa es lo que hemos hecho y sobre todo, no arrepentirse de lo que no hemos hecho. Me encantaría tener las agallas de realmente hacer lo que me plazca sin temer lo que se vaya a decir de mí o de lo que otros piensen, porque ya me he tenido que arrepentir de reprimirme por no "quedar mal" o no "decepcionar" a gente a la que ni siquiera conozco. No señor, a la próxima me tiro de cabeza... y que me quiten lo bailao.

Sed felices.


sábado, 13 de julio de 2013

Before Sunrise

Hoy no escribo, tan solo pongo una escena de esta película (preciosa por cierto). En definitiva, capta perfectamente lo que siento ahora mismo.




miércoles, 26 de junio de 2013

England, here I come again.



En apenas 4 días estaré en un avión de camino a una de las capitales más populares del mundo, Londres... y me muero de ganas. No sólo por la ciudad en sí, sino por la oportunidad de olvidarme del estrés que he tenido en los últimos meses.
Cuando voy al Reino Unido me siento un poco como volviendo a casa. Evidentemente, nunca he vivido ahí, pero sí que he ido muchas veces y mis raíces en parte se enclavan en las islas británicas. Tengo ganas porque voy a ver a gente a la que hace mucho que no veo, gente a la que tengo muchísimas ganas de dar un abrazo. También, para qué os voy a mentir, huír de este calor insoportable (los que me conocéis ya sabéis que yo soy bicho de sombra).
Pero lo que sobre todo significa este viaje a Londres es el comienzo de un nuevo capítulo en mi vida. Por fin me embarco en mi último año de carrera. Sí, el año que viene en estas fechas seré ya médico. Pero además de médico, seré una persona mejor. Porque habré tenido la oportunidad de experimentar una Erasmus y entrever un poquito más de nuestro planeta.

I just can't wait for this adventure to get started.


Un abrazo de una Lalalie muy feliz y muy optimista.

Sed felices. 

p.d. la canción me ha parecido apropiada no solo por el título sino porque además mi padre solía tocarla con la guitarra cuando era pequeña :)