jueves, 3 de diciembre de 2009

Irreverente, incongruente.



Escalofríos me hacen temblar...irreverencias a mi propio cuerpo. ¿Qué pasa señoras y señores? ¡Estoy viva!... o al menos eso me han enseñado en la escuela. ¡ESTOY VIVA! aunque a muchos no les interese, hay gente que sí sabe apreciarlo. Y otra vez, escalofríos. Y otra vez, irreverencias. ¿Qué me pasa hoy? Igual es cosa de dos. O no. Dejémoslo en que soy independiente, aunque psicológicamente dependiente. Quiero decir incongruencias, equivocarme. Creo que nada de lo que diga aquí puede tener sentido o relevancia para mis (escasos) queridos lectores. Sin embargo, para mí tiene todo el sentido del mundo.
Tiremos la toalla. O no. Mejor no. Vayámonos de viaje, ya está previsto. Adelantemos el reloj. Juguemos a ser Dios. A no, que Dios no existe. Juguemos entonces a ser omnipotentes. Sigamos el rumbo dictado por nuestras decisiones, no vale tomar atajos, no vale dar marcha atrás. No se puede reinventar algo que ya está inventado. ¡Estoy viva! Todavía rebota esa exclamación en mi cabeza. Desbordo vitalidad. Estoy llena de "cosas que hacer". Cosas para el presente, para el futuro. Estoy llena de planes, todos ellos con una meta. Ya que estoy viva, si bien no para la mayoría de la población (pues para ellos ni siquiera existo), creo que he de aprovechar.
Ahora que he borrado. Eliminado. Mejor dicho, apartado a la gente que no quiero volver a tener cerca, queda hueco para uno más. Ahora que tú no estás, todo va mejor. Vamos a tomar algo. Un café. Con leche. Vamos a compartir lo que queramos, seamos nosotros mismos, por favor... sin más complicaciones.

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