jueves, 15 de julio de 2010

Un segundo.

Resumirlo todo en un segundo resultaba razonable teniendo en cuenta que habian sido meses de sufrimiento. Un abrazo es lo que necesitaba. Un abrazo y un asentimiento. Recordar aquello dolía tanto que necesitaba que me mantuviesen los pies en el suelo. Un segundo para recordar todo lo que pasó. En un segundo resumí cientos de palabras porque muchas de ellas nunca debieron ser pronunciadas, en un segundo resumí cientos de situaciones, pues muchas fueron obviadas porque nunca quise vivirlas. En un segundo se queda todo lo bueno que hubo y a la vez, todo lo malo, que en un segundo tal y como vino, se va.


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