Eran las 23.30 en Chicago. Ella caminaba algo aturdida por la cerveza residual que por sus venas circulaba. Sentada, mirando el río, se imaginaba cómo sería encontrarle de repente, cómo pasearían y reirían como hicieron una vez. Y entonces ella se volvía a preguntar ¿Le volvería a ver? Probablemente no, y menos de casualidad. Sabía que había tomado la decisión correcta. Sabía que había hecho bien. Sin embargo no podía evitar acordarse de él cuando se sentía perdida, puesto que había sido un vástago y un guía para los momentos de confusión.
Se preguntaba si la próxima vez que le viese sería en su funeral o que ni siquiera se enteraría de su muerte. Tan triste se ponía que necesitaba distraerse con algo. Menos mal que había traído su cámara y las ganas de sacar lo mejor de esa ciudad y, por qué no, de ella misma. A pesar de la tristeza que los recuerdos evocaban, se daba cuenta de que estaba en un mejor lugar. Que desde que desapareció de su vida se sentía desintoxicada, libre. Que habían desaparecido las lágrimas y se había dado paso a un nuevo tipo de alegría. Alegría por lo que estaba por llegar, por lo que ya estaba ocurriendo.
Sabía que jamás se olvidaría de él, pero también sabía que debía recordarle con cariño, como alguien que se subió al vagón y que estuvo tiempo sentado a su lado, pero que tuvo que bajarse, porque su destino era otro, porque no tenía tiempo de quedarse a charlar más. Así decidió esa noche que le recordaría, como esa persona que llega y sin darte cuenta le da un giro de 180 grados a tu vida. Alguien a quien le estaría eternamente agradecida. A pesar de todo el daño sufrido, ya había llegado al punto en el que era capaz de apreciar lo bueno que le había aportado. Se había dado cuenta de que por fin, podía pasar página.
When was the last time you thought of me?
Or have you completely erased me from your memory?
I often think about where I went wrong
More I do, the less I know.
Adele - Don't you remember?