Decir adiós es una de las cosas que más me cuestan en este mundo. Aunque hoy en día un adiós no es como los de antes: tenemos Facebook, email, whatsapp... Sin embargo, la distancia no hay quen la cure. Cuántas veces he necesitado el abrazo de una persona concreta y no he podido por haber demasiados kilómetros entre sus brazos y los míos. Y no es que me haya pasado una vez ni dos, sino más. Porque uno de los precios a pagar por viajar mucho es precisamnente, el conocer gente maravillosa, que te hace ver el mundo de otra manera pero que sin embargo no volverás a ver nunca. Sin embargo, a algunos sí que les he vuelto a ver, incluso han formado parte de mi rutina durante a veces, más tiempo del que deberían.
En esto es lo que se ha definido mi 2013. En decir adiós. En tener la fuerza suficiente para decir que no me arrepiento a pesar de lo mucho que me ha dolido. Porque a veces no puedes forzar a que dos caminos se crucen. A veces, se separan cada vez más y aunque te esfuerces al final tienes que rendirte a la evidencia y decir, "vale, nuestro tiempo juntos se ha terminado. Te quiero, adiós". Tan simple escribirlo y tan difícil hacerlo. Además, cuando ya llevas varios intentos te preguntas si realmente es lo que quieres hacer o lo único que intentas es ser pragmático por el bien de tu salud mental. No lo sé.
Otra de las cosas que han definido este último año es la toma de decisiones. El darte cuenta de que lo que se supone que ibas a hacer se ha convertido en tu peor enemigo. El levantarte de la silla y decir que no, que tú quieres otra cosa, a pesar de que toda tu familia piense que estás cometiendo un error y que tus compañeros te llamen loca. Vida solo hay una y tengo que ir a por lo que quiero. Y si me equivoco ya rectificaré, pero no hacer algo por miedo a lo que pueda pasar es precisamente, lo que no quiero que me pase nunca. Mientras crecía mis padres me enseñaron que yo podría ser lo que me propusiera y eso pienso hacer. Mi propósito para el 2014 es ser yo misma y perseguir mis objetivos, a pesar de que no reciba todo el apoyo que esperaba, porque no siempre podemos complacer a los demás pero sí a nosotros mismos. No quiero mirar atrás y decir, "tendría que haber hecho..." sino decir "qué bien que le eché un par de narices".
Por eso termino este año diciendo: adiós, adiós, adiós 2013 me despido de tí, pero con esperanza y muchas ganas de ir a por lo que quiero.
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I find saying
goodbye one of the hardest things to do. Although nowadays a “goodbye” isn’t as
it used to be: we have Facebook, email, whatsapp… Yet, there’s no one who can
erase the distance. How many times I’ve needed someone’s hug but couldn’t have
it because there were too many kilometers between his arms and mine. And this
hasn’t happened one or two but plenty of times. Because travelling so much has
a prize: you get to meet amazing people that widens and turns around your point
of view, but you won’t probably see them ever again. However, there are some
that I’ve seen again, even been part of my daily routine more time that they
should have.
This is what has
defined my 2013. Saying goodbye. Being strong enough to decide that I have no
regrets despite I’ve been hurt. Because sometimes you can’t force two people to
cross paths, sometimes they get further and further and although you try hard,
you have to surrender and say “Ok, our time together is over. I love you,
goodbye”. It’s so simple to write and so hard to do. Also, when you have tried
several times you ask yourself if it is what you want to do or you’re only
trying to be pragmatic for your mental health’s sake. I don’t know.
Another thing that
has defined this past year is decision making. To realise that what you were
ment to be is your worst enemy. To stand up and say “no”, that you want
something else even though your whole family thinks that you are making a
mistake or your colleagues call you crazy. We only live once and I have to
reach out for what I want. And if I am wrong I can rectify, but not doing
something just because I am afraid of what may happen is precisely, what I
don’t want to ever happen to me. I was raised with the belief that I am capable
of doing whatever I put my eye on and that’s what I’m planning to do. This is
my 2014 resolution: to be myself and to pursue my goals, regardless of the lack
of support, because we can’t always please everyone but we can always indulge
ourselves. I don’t want to look back and say “I should’ve done…” but to say “I’m
glad I had the guts…”.
That’s why I am
finishing this year saying goodbye to 2013, but full of hope and eagerness to go for what I want.
And if I learned something in Cardiff during my Erasmus is that YOLO (You Only Live Once).
Happy new year,
Happy new year,
Lalalie