martes, 24 de julio de 2012

Detachment


“And never have I felt so deeply at one and the same time so detached from myself and so present in the world". -Albert Camus


Tenéis que verla, simplemente.

 Sed felices.

domingo, 22 de julio de 2012

Dublin has taken my everything


A una semana de volver a Madrid intento de nuevo escribir algo con fundamento. Pero es que, como he titulado esta entrada, Dublín me está chupando la vida. No lo digo como algo negativo, sin embargo tampoco es positivo. He llevado mi cuerpo al límite, en el sentido de que no he prestado demasiada atención a mis necesidades fisiológicas (tales como dormir o comer, o al menos, comer bien). 
La verdad es que aquí no tengo tiempo de pensar, al menos no tan a menudo como en Madrid. Es por eso por lo que tampoco he podido escribir. El hecho es que, cuando tengo un ratito para mí, el tema es recurrente: "¿Qué va a ser de mí?". 
Es verdad que, he conocido a mucha gente aquí, gente que me ha presentado nuevas formas de vida y me ha enseñado cosas que no conocía. Lo que pasa siempre que te vas de viaje. Pero al llevar aquí 3 semanas llevo mucha gente nueva conocida a mis espaldas. Hay cosas que no se pueden contar, porque no procede. Pero sí que puedo decir con orgullo (y a la vez cierto dolor cardíaco) que mi vida es de todo menos aburrida. Puede que tenga un radar para lo raro, pero el caso es que siempre que viajo conozco a alguien que a menor o mayor escala cambia radicalmente mi manera de ver las cosas.
Ayer mismo fui a los acantilados de Moher, que están al oeste de Irlanda. Miden unos 240 metros de altura y son impresionantes (la foto que hay al principio de la entrada)... El guía nos comentó que siempre hay algún suicida que salta y que de hecho, este año ya había habido uno. La verdad es que si me suicidase sería ahí, es un sitio que te deja sin palabras. Y no os asustéis, no barajo el suicidio. Sin embargo, durante un rato estuve sentada, en silencio mirando el paisaje y pensé en qué pasaría si me tirase por ese precipicio. No me refiero a "qué hay después de la muerte" sino a qué le pasaría al mundo. O qué me habría perdido. 
He de decir que el balance no era tan desproporcionado en cuanto a cosas vividas/cosas por vivir. Pero aún no estoy preparada para decir adiós. Sin embargo estoy un poco perdida en estos momentos. Supongo que sin rumbo fijo, expectante a lo que pueda llegar. No sé qué será de mi en unos años, pero tengo la sensación de que me las apañaré, como siempre he hecho. O al menos eso espero...
Creo que, en conclusión, Dublín me ha ayudado a cambiar mi perspectiva ante la vida. A intentar ser menos controladora con el futuro, a entender que no todo es predecible y que la vida, aunque finita, es cojonuda :).

Sed felices.


With only one week left to go back to Madrid I am trying again to write something meaningful. But truth to be told, as the title of this text says, Dublin is sucking the life out of me. It isn’t negative, yet it isn’t positive either. I’ve taken my body to the extreme, meaning that I haven’t been taking care of myself (I don’t sleep, I don’t eat, at least not properly).
Truth is I don’t have many time to think, at least not as much as in Madrid. This is why I haven’t been able to write anyhing. Although, when I have a little spare time, I always think about the same thing: “¿What am I going to do next?”.
I’ve met a lot of people here in Dublin, people that has introduced me to new kinds of lives and has taught me things I didn’t know. Basically what always happens when you travel. Although when you’ve been 3 weeks you get to meet a lot of new people. There are things that I can’t tell because it’s not the place for it but I can say proudly (and at the same time with a little “heartache”) that my life is anything but boring. I might have a “weird-radar” but the thing is that every time I travel I meet someone that radically changes my point of view about life.
Yesterday I went to the Cliffs of Moher, in the western Ireland. They’re 240 metres high and they are amazing. The guide told us that there’s always a suicide person that jumps and that, this year there had been already one. Truth is that if I committed suicide it’d definitely be there, it’s a place that leaves you speechless. Don’t panic, I am not thinking about committing suicide. Yet, when I was sitting there, in silence, looking towards the cliffs I started wondering what would happen if I jumped off to the sea. I wasn’t thinking about “life after death” it was more kind of what would happen to the world. Or what would I have lost if I died in that moment.
I have to say though, that the balance between things I have lived/things I am going to live wasn’t that different. Yet I am a little bit lost. Just waiting to whatever it’s coming. I don’t know where I’ll be in a few years, but it seems to me that I will figure it out, as I’ve always done. Or at least I hope so…
In conlusion, I think that Dublin has given me a new perspective towards life. It has helped me to try to be less control-freak about my future, to understand that not everything is predictable and that life, althoug it has an end, it’s awesome :).

Be happy.

lunes, 18 de junio de 2012

Yo sé lo que digo.

Tras unos días de cabreo aparentemente sin fundamento he conseguido calmame y sentarme a escribir. Es curioso como, cuando pasa el tiempo, todo adquiere ese tinte de irreal, de sueño. Retomar el contacto con el pasado ya no tiene tanto sentido como antes. 
Me encuentro una vez más escribiendo sobre mi amiga nostalgia en la penumbra. Con la ventana abierta de par en par esperando a una pequeña brisa que me quite el sofocón que ahora sufro. Porque con el calor vienen las vacaciones y con ellas, tiempo para pensar. ¡Vaya hombre! Entro en una paradoja. No me gusta perder el tiempo, pero cuando me sobra tampoco me gusta porque pienso y repienso hasta la saciedad. Es quizás por eso por lo que estos días he estado tan ocupada, incluso estresada me atrevería a decir. O puede que, precisamente porque no he tenido tiempo me he enfadado. No tengo ni p*** idea. Ese es el problema, que al final parece que no sé qué es lo que quiero. O eso, o que me complico a propóstio para ponerme las cosas difíciles... y va más allá de que a mí me gusten los retos. Como siempre he dicho rozo el masoquismo sentimental/intelectual.
Me cuesta admitir que hay cosas que nunca desaparecerán, que ni el tiempo es capaz de borrar. Y en consecuencia, nunca podré dejar de pensar en ellas cada vez que escriba sobre lo que siento o escuche según qué canción.
La verdad es que soy consciente de que este texto carece de fondo y de tema concreto. Pero es que últimamente no tengo la cabeza donde la debería tener. Poco a poco supongo.

A ser felices.

sábado, 2 de junio de 2012

El problema de raíz, la filosofía del español medio.

Llevo varios días muy políticos. Hablando mucho sobre como solucionar la crisis que nos asola desde hace años ya. Supongo que la raíz es un problema de actitud. El español medio se rige por una única norma "Maricón el útimo". Simple y llanamente.
El espíritu es "cuanto menos tenga que hacer, mejor". Me parece ridículo. ¿Por qué presumimos de que un trabajo está bien porque podemos pasarnos el día en el facebook? Eso es un despropósito. Saber que mi presencia es prescindible me hace sentir mal. Sin embargo, de presencias prescindibles sabemos mucho en este país. Hay más funcionarios que en cualquier otro país europeo (creo que Italia anda ahí ahí). Para qué queremos a tanta gente que no sólo es que no haga nada, es que se atreven a interrumpir su trabajo mientras te atienden (testimonio directo) para irse a tomar un café. Eso lo ve un alemán y no sabe si reirse o llorar. 
Sé que muchos están cansados de que se nos intente comparar con nuestros compañeros europeos. Pero es que no queda más remedio. La disciplina es algo que nos falta. No nos gusta partirnos la espalda. Nos gusta la cerveza y la siesta. No es un cliché, es verdad. Así somos. Es una lástima. Es que además, se castiga a aquel que quiere hacer más, porque entonces les hace quedar en evidencia y les hace trabajar más (habrase visto querer aumentar el rendimiento de un puesto de trabajo,  ¡que ocurrencia!).
Supongo que yo no sería la persona más adecuada para quejarme, puesto que siempre hablo de largarme y dejar que España siga a su libre albedrío. Aunque mitad española, siento cariño por este país. Me he críado aquí y me da mucha pena que se eche a perder en manos de los últimos dos presidentes del gobierno y su séquito de analfabetos que tienen como ministros. Son esclavos de la deuda que tienen con los bancos por subvencionar sus campañas electorales.
¿Pero quién permite que lleguen al poder tales energúmenos? Sinceramente, habría que hacer un examen a todos y por descontado que al menos tengan un título universitario, cosa que por cierto, hoy por hoy no es tan difícil. A veces parece que los regalan. Habando de cosas regaladas... la ESO, el Bachillerato... A mí me dan ganas de echarme a llorar cuando en 4º de CARRERA hay gente que no sabe si "Expresión" es con s o con x. Lamentabe cuanto menos.
Pero claro, como decía muy bien Fernando Savater, educar a las personas es algo que tendría resultados a muy largo plazo (si se empezase ahora hasta dentro de 20 años no se verían los resultados). Y ningún político ve más allá de la suela de sus zapatos. Porque son así, porque les damos igual. Tengo tantas tantas quejas. Cada día me hago más escéptica. Ellos que dicen bajarse sus sueldos porque son taaaaan altruistas. Pongamos nombres, el otro día Esperanza Aguirre: "Yo me voy a bajar el sueldo un 15%". Qué generosa, ¿recuerdas que a los médicos se lo has bajado un 25% y se lo quieres bajar más? 
Si eso no es abusar del poder, que venga alguien y me argumente lo contrario. Estoy cansada de que se rían en nuestra cara, de que suban los impuestos para seguir cagándola y que encima, digan que hagamos un esfuerzo. Por mí se pueden meter sus privilegios por donde les entren.
¿Tiene esto solución? ¿Estamos abocados al desastre? ¿Seremos la nueva Argentina? ¿O peor?

The Morning Son


Mientras sonaba "The Morning Son" de Beady Eye íbamos en un descapotable azul. El sol incidía direcatmente en nuestras caras, se reflejaba en nuestras Ray Ban aviator. Las suyas clásicas, doradas con el cristal verde. Las mías diferentes, plateadas con el cristal azul. 
El viento movía su pelo y el mío, enroscado en una goma de pelo para que no se enredase. No nos dirijíamos hacia ningún sitio. Simplemente condujimos durante horas, hasta la puesta de sol. Y entonces, empezó a hacer frío y decidimos fundirnos con el horizonte.

"So let it be
And given time
You go your way
And I'll go mine"
.