domingo, 9 de enero de 2011

Conclusión inesperada


Desde pequeña me han dicho "Tú puedes con todo lo que te propongas". Suena un poco fuerte así dicho, contundente. O mi madre miente muy bien, o realmente puedo con todo lo que me proponga. Podría haber elegido cosas más sencillas, conformarme con lo que estaba ya masticadito. Y sin embargo aquí estoy, estudiando una carrera difícil, larga y que requiere mucha perseverancia. Estos días he estado a punto de tirar por la ventana el trabajo de varios años ya. De dejarlo para luego, y ¿sabéis qué? No lo voy a hacer. Los motivos son varios pero, el tener tiempo para ver una serie o el tener tiempo para quedarme hasta la 1 en vez de hasta las 12 no merecen que yo pierda un año de mi vida. No lo creo, porque estoy ansiosa por llegar hasta el final, por conseguir aquello que me propuse cuando empecé esta carrera de fondo.
Me dejo comer mucho por los agobios, por lo que la gente espera... Pero yo me conozco muy bien, sé de sobra que lo voy a sacar y que si, ahor aque estoy a tiempo recobro las fuerzas, podré dedicarme a todo lo que no he podido en verano.
Puede que esta crisis me haya venido por otros acontecimientos, como el hecho de recuperar cosas del pasado que pensé ya perdidas, el hecho de perder cosas que daba por hechas. El ver que realmente hay gente que ha decidido prescindir de mi y que, aunque no me lo quiera creer, están mejor así. Quién soy yo para contradecirles. Me ha costado aprender que a veces no soy lo que una persona necesita, a pesar de lo mucho que me pueda esforzar, no soy imprescindible para muchos. Les echaré de menos, muchísimo de menos, sobre todo a aquellos que llegaron a, literalmente, tocarme el corazón. Pero la gente viene y va, yo iré y vendré. Con suerte, el año que viene os esté escribiendo desde otra ciudad, desde otro país. Me desintoxicaré de Madrid.


Sed felices,

Lalalie


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