Y aunque parecía mentira ya hemos llegado a cosas que nos parecían muy muy lejanas. A pesar de todo, estamos aquí. Últimamente me viene mucho a la cabeza eso de "aprecio todo lo que me ha pasado, lo bueno y lo malo, porque me han llevado a ser quien soy". Creo que uno de los secretos de la felicidad (para los que crean en ella) es estar orgulloso de uno mismo. Ello no quiere decir que seamos perfectos, quiere decir que entendemos nuestra condición de humanos y que en ella se incluye cometer errores, arrepentirse. Pero en ella también se incluye hacer las cosas bien, bajo un guión escrito por nuestras creencias (religión, cultura, etc). Siempre me he preguntado cómo lo hace la gente religiosa. Me cuesta mucho creer en lo que no percibo con ninguno de mis sentidos. Una vez le pregunté a una amiga, ¿Cómo es que crees en Dios? Y su respuesta, a la vez que inquietante, me pareció muy bonita: "Porque lo veo en todas partes, está en las cosas que hago bien, en mis amigos, en mi familia. Dios es amor". Me encantaría poder verlo de esa manera, sin embargo tengo otra visión, no sé si generalizada o peculiar, pero es la siguiente: el amor existe porque el ser humano lo necesita para sobrevivir. No es algo implícito de la persona, es una forma que ha creado el ser humano de vincularse con otros. Sin amor, las relaciones personales serían como poco, imposibles. El soportar a una persona, comerte sus marrones y las complicaciones que supone una relación, sólo son aguantables por el hecho de que esa persona nos importa más que el jersey que nos ha roto o de la pizza que nos ha quemado. Yo soy partidaria de la soledad hasta cierto punto. Diría más que hay que intentar ser independiente ante todo. No puedo con la gente que es completamente dependiente (emocionalmente hablando). Me parece un desperdicio de tiempo y de esfuerzo. Aunque he de decir en su defensa, que no todos somos iguales y que no tenemos un botón regulador sobre "lo que damos en una relación". Pero aún así, aprovechemos que somos racionales, autocontrol por favor. Amar no es amar incondicionalmente. Como ya he dicho, amar es que te de igual que te quemen la pizza que te ibas a cenar, pero no que te de igual que te pisen como si fueses una alfombra o ser el perrito faldero. A eso se le llama esclavitud. Por eso es que me pone nerviosa ver como alguien echa a perder muchos aspectos de su vida por una persona/actividad o cualquier cosa por la que sienta apego. Hay que saber combinar, como en todo, encontrar el equilibrio. Que no es fácil está claro, pero que hay muchos que no lo intentan... también.
Y por acompañar con alguna canción...
Y por acompañar con alguna canción...
Sed felices...
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