martes, 30 de marzo de 2010

Me engañan

Mi cabeza y mi corazón me engañan. Juegan con mi estado de ánimo y lo manejan a su antojo. Si no es uno es la otra y al revés. Me hacen pensar demasiado, sentir demasiado, ver cosas donde no las hay o ignorar las que tengo más cerca y me gritan. La mayor felicidad o el mayor de los desconsuelos en un torrente imparable de emociones que me dominan sin remedio. Algunos lo llaman juventud. Yo lo llamo rayarse demasiado. ¿Cuándo aprenderé a dominar mis pensamientos o al menos a que ellos no me dominen a mi y a poder actuar sin verme presionada por ellos entre la espada y la pared?
Aletheia

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