Blablablá. Sueltas palabras sin pensar mientras yo pienso sin soltar palabra. Y ahora... ¿qué? Los dos sabemos qué es lo que hay, pero ninguno nos la queremos jugar, no por tercera vez. No porque sabemos que aquí a la tercera no va la vencida. Para qué torturarnos, para qué seguir tirando los dados en este juego macabro en el que a cada ronda, más daño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario