domingo, 3 de marzo de 2013

Superando la anhedonia


Estoy de resaca, pero no por culpa del alcohol. Estoy de resaca por viajar. Todavía, después de 7 días me cuesta horrores volver a la rutina. Supongo que a todos nos cuesta ajustarnos después de desconectar. Aunque he de decir que, la semana pasada en Londres, desconecté completamente. Me olvidé de que era estudiante de medicina, de que tenía un examen en una semana... me dejé las preocupaciones en la T4. 
Pero como todo, no se puede huír sin más, hay que volver y afrontar lo que nos queda. La verdad es que se me hace liviano enfrentarme a lo que queda de curso, estoy muy relajada y me lo tomo con mucha filosofía, porque es mi último curso aquí. Sin embargo he de añadir que estoy acojonada. Ir a contracorriente es lo que tiene, todos hacen una cosa y a mi me da por hacer otra. Claro, te encuentras un poco solo. Y los que me leáis con frecuencia habréis intuido que le tengo algo de miedo a la soledad (como sentimiento, no como situación).
Lo que si que noto es que esa anhedonia que me había poseído durante las últimas semanas está empezando a desaparecer. Aunque esté ya muy visto, después de todo el daño que me han hecho, cada vez me hago más desconfiada, más escéptica. Unos lo llamarán amargura, otros mecanismo de defensa. Yo lo llamo mierda. No hay nada peor que desconfiar por defecto. 
En definitiva, lo que quiero decir es que hoy me siento bien y, aunque agobiada por todo lo que se me viene encima, tengo ganas de disfrutarlo y no simplemente de "pasarlo". Digamos que me apetece disfrutar del camino y no solamente hacerlo corriendo para llegar rápidamente al final del mismo. Quién sabe mañana cómo estaré, ya sabéis que estas cosas del estado del ánimo son muy fluctuantes. En fin, que seáis felices.



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