martes, 23 de abril de 2013

Cómo administrarse cuando se quiere ser infiel.



Para muchos, la infidelidad es sinónimo de ruptura de la pareja. Para mí, empieza a parecer una consecuencia de la misma. Estoy hablando de aquellas infidelidades en las que hay algo más que el mero placer del sexo. 
Cuando estás en pareja, te comprometes porque sabes que no vas a encontrar nada mejor. Sin embargo esa certeza puede desvanecerse cuando alguien nuevo entra en tu vida. Nadie tiene la culpa, son cosas que pasan. Pero, ¿hasta qué punto está justificada dicha infidelidad? Es decir, para el que está siendo engañado, no es justo. Pero para el que "engaña", puede que el sentirse atraído hacia otra persona (mental y físicamente) sea el primer síntoma de que la relación que tiene no funciona. 
Hay distintas reacciones a esta situación. La más típica es aquella en la que el "infiel" se deja llevar y engaña a su pareja, pero sin llegar demasiado lejos. Entonces, le invade una sensación de vértigo porque "es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer" y porque los clichés sociales pesan sobre sus hombros. Otra reacción es la de dejarlo pasar, después de lo cual vendrá el arrepentimiento y la amargura. Lo más valiente sería lo primero, admitir que la relación no funciona y dejarlo. Luego empezar con esa persona nueva que nos hace vibrar.
La última opción no es la más popular, porque nadie quiere soltar la liana anterior sin tener la siguiente agarrada y así, es como uno luego se arrepiente de lo que no ha hecho. Porque admitámoslo, el amor llega incluso cuando se está en pareja. No se puede evitar y nadie puede culpar a nadie por ello. Lo que sí se puede juzgar es cómo se administra la situación.
Supongo que todo esto suena muy analítico y frío, pero a veces parece que la gente no lo tiene claro. Si por ejemplo a mí me engañasen, obviamente me molestaría. Pero sobre todo por el hecho de que me han mentido a la cara y me han dejado en ridículo. 
No es la primera vez ni la última en la que me encuentro en una situación en la que un chico claramente está interesado en mí y sin embargo, tiene novia. Yo tengo una política de "cero tolerancia" como dicen mis amigas. Si tienes novia, conmigo solo tendrás amistad. Pero algunos no se dan por vencidos y me toca dar la charla. Muchas veces sueno prepotente, pero al menos tengo claro lo que pienso y siento. Por eso hago un llamamiento a todas las personas cobardes que no se atreven a dar el salto por miedo a no saber dónde van a caer.

Sed felices (y no mintáis).

Lalalie.

P.D: la foto es de la película "Hierro 3". Muy recomendable (con un paquete de pañuelos y un bote de helado a mano).

martes, 9 de abril de 2013

¿Hay que resignarse?


Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos... Esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella...

Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderéis siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y os impedirán,siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejareis de intentarlo…Os rendiréis y buscaréis a esa otra persona que acabaréis encontrando.

Pero os aseguro que no pasaréis una sola noche, sin necesitar otro beso suyo, o tan siquiera discutir una vez más... Todos sabéis de qué estoy hablando, porque mientras estabais leyendo esto, os ha venido su nombre a la cabeza.

Os librareis de él o de ella, dejareis de sufrir,conseguiréis encontrar la paz (le sustituiréis por la calma), pero os aseguro que no pasará un día en que deseéis que estuviera aquí para perturbaros.

Porque,a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas,que haciendo el amor con alguien a quien aprecias.
                                           
                                                          - Paulo Coelho.



Cuando he leído este fragmento, me he sentido tremendamente triste, pues es un mensaje desesperanzador. Nos sugiere que tendremos que conformarnos con alguien a quien apreciamos, porque esa persona a la que amamos tan intensamente y con la que encajamos tan bien en un principio, a la larga acabará explotando por su propia química. 
¿Es verdad esto? Sinceramente espero que no, aunque de momento aparte de sentirme tremendamente triste, me he sentido tremendamente identificada.

Sed felices.

Lalalie.  

miércoles, 20 de marzo de 2013

Virginfromthecarmen

Hoy toca publicitar la nueva marca de ropa que he montado con mi queridísima amiga Marina. Os recomiendo que os paséis y echéis un ojo. Le hemos puesto mucho empeño y mucho cariño.

www.virginfromthecarmen.com

Un abrazo y sed felices!










domingo, 10 de marzo de 2013

What's done it's done


Muchas veces me pregunto cómo he llegado hasta aquí, un momento y un lugar donde la nostalgia forma parte de mi día a día. Cómo todas las decisiones que he tomado han conseguido romperme emocionalmente. Sobre todo aquellas decisiones que tomamos sabiendo que son las menos racionales y las que más daño nos acabarán causando pero, que aún así pensamos que de alguna manera nos harán más felices, auneque sea durante un breve intervalo de tiempo. Y después, cuando tenemos tiempo de sentarnos y pensar en lo ocurrido, nos estremecemos porque hemos tenido que dejar pasar una gran oportunidad pero porque no era posible agarrarse a ella, simplemente no era factible. Muchos dirán que porque no se estaba destinado a ello, puede que sí, no es que crea en la predestinación como tal. Lo que sí sé es que las circunstancias nos van a definir siempre, nos van a empujar en una dirección aunque luchemos por quedarnos justo donde estamos. 
Cuando me siento y pienso en todo lo que me ha pasado, en los buenos momentos que he vivido me siento feliz, porque mi cerebro es capaz de trasladarme hasta allí. Lo malo es cuando te despiertas de ese ensueño y te das cuenta de que sigues sentado otro domingo más en tu habitación, frente a la pantalla del ordenador escribiendo lo deprimente que es tu vida y esperando a que algo te vuelva a hacer vibrar y sentir como una vez sentiste. Porque esa es la otra contrapartida, has experimentado lo inmenso de los sentimientos y deseas con todas tus fuerzas volver a sentirlo. De hecho, aunque no nos demos cuenta, construimos nuestra vida alrededor de ese deseo. El resto es secundario, es simplemente el escenario en el que vas a desarrollar tu gran historia (de un amor épico a ser posible).
Yo soy una persona romántica, pero no todo el rato. Cuando me permito el lujo de serlo es cuando me siento realmente vulnerable. Un gesto tan sencillo y a la vez tan significativo como dar la mano, me cuesta un mundo. Si lo hago, le estoy otorgando a esa persona el poder de hacerme muy feliz o de hacerme mucho daño. Lo que quiero decir es que, si me dan la mano no la voy a retirar, pero lo grande es cuando yo misma le cojo la mano a otra persona. Digamos que es un gesto de confianza (que en el fondo me asusta mucho).
Últimamente me he vuelto loca buscando a candidatos para cogerles la mano. Yo digo que no busco nada, pero como todo aquel que diga eso, miento. Por supuesto que me encantaría tener a alguien a mi lado, pero como he dicho, no le cojo la mano a cualquiera. No he tenido la oportunidad de conocer a alguien lo suficientemente bueno que se ajuste a mis circunstancias. Al final son muchas variables y se convierte en una tediosa y a veces desesperante tarea. Y aún se hace más arduo cuando tus propias circunstancias adquieren un carácter inestable, en el que no sabes dónde vas a estar de aquí a un año, cuando es realmente impredecible. Sobre todo es difícil para una persona como yo, a la que le gusta tenerlo todo planeado puesto que la incertidumbre aunque a veces interesante, también me pone muy nerviosa. Todo atado y bien atado. Aunque es verdad que mis mejores historias vienen de algo espontáneo y poco planeado. Let's see what happens.


domingo, 3 de marzo de 2013

Superando la anhedonia


Estoy de resaca, pero no por culpa del alcohol. Estoy de resaca por viajar. Todavía, después de 7 días me cuesta horrores volver a la rutina. Supongo que a todos nos cuesta ajustarnos después de desconectar. Aunque he de decir que, la semana pasada en Londres, desconecté completamente. Me olvidé de que era estudiante de medicina, de que tenía un examen en una semana... me dejé las preocupaciones en la T4. 
Pero como todo, no se puede huír sin más, hay que volver y afrontar lo que nos queda. La verdad es que se me hace liviano enfrentarme a lo que queda de curso, estoy muy relajada y me lo tomo con mucha filosofía, porque es mi último curso aquí. Sin embargo he de añadir que estoy acojonada. Ir a contracorriente es lo que tiene, todos hacen una cosa y a mi me da por hacer otra. Claro, te encuentras un poco solo. Y los que me leáis con frecuencia habréis intuido que le tengo algo de miedo a la soledad (como sentimiento, no como situación).
Lo que si que noto es que esa anhedonia que me había poseído durante las últimas semanas está empezando a desaparecer. Aunque esté ya muy visto, después de todo el daño que me han hecho, cada vez me hago más desconfiada, más escéptica. Unos lo llamarán amargura, otros mecanismo de defensa. Yo lo llamo mierda. No hay nada peor que desconfiar por defecto. 
En definitiva, lo que quiero decir es que hoy me siento bien y, aunque agobiada por todo lo que se me viene encima, tengo ganas de disfrutarlo y no simplemente de "pasarlo". Digamos que me apetece disfrutar del camino y no solamente hacerlo corriendo para llegar rápidamente al final del mismo. Quién sabe mañana cómo estaré, ya sabéis que estas cosas del estado del ánimo son muy fluctuantes. En fin, que seáis felices.