Un diálogo que me ha dado mucho optimismo en esta época de vacas flacas. Merece la pena.
-¡Punto de partido! ¡Ace! ¡Juego! ¡Set!
-¡No hablarás en serio!
-¡Bien!
-¡No necesitas hurgar en la herida!
-La cuestión es ¿por qué no lo celebras tú también?
-Porque he perdido.
-Pues un hombre debería aceptar sus derrotas con la misma elegancia con que celebra sus victorias. Venga, baila un poco. ¡Brazos triunfales arriba! ¡Baila, no te balancees como un italiano!
-¡Sí, he perdido, he perdido! ¡Esto es una estupidez!
-Un día te darás cuenta de que un hombre no aprende nada de sus victorias. En cambio el acto de perder puede repercutir en una gran sabiduría, cuyo artículo menor sería que se disfruta mucho más ganando. Es inevitable perder de vez en cuando. El truco consiste en no convertirlo en un hábito.
Aletheia
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