Foto sacada en el norte de España (Santander) en Agosto de 2012.
Si
tuviese que resumir el 2012 en una palabra, sería “viaje”. Empezando por los
destinos que he visitado y también por lo que personalmente he evolucionado.
Hace
doce meses me encontraba en un agujero. Hace 6 meses empecé a comprender que si
no salía de ahí, me iba a acabar por consumir. He dejado sin querer que las
cosas pasen a mi alrededor sin percibirlas. He perdido horas, minutos y
segundos compadeciéndome de mi misma y centrándome en las cosas negativas. Es
verdad que cuando me pongo a pensar, tiendo a centrarme en lo que me va mal,
sin acordarme de que hay otras muchas que me van muy bien.
Sin
embargo, como ya he dicho más de una vez, me he hecho una yonqui del drama.
Porque sino es como si mi vida no mereciese ser vivida. Como si no tuviese
suficientes historias que contar. Sin embargo, hace poco tuve una conversación
con una amiga que hacía tiempo que no veía. Lo primero que me dijo fue - bueno,
¿alguna de esas historias tuyas que contarme?. A lo que yo le respondí con un
levantamiento de ceja y una sonrisa diciendo – Me temo que mi vida últimamente
se ha vuelto terriblemente monótona. – Tu vida es todo menos monótona. Y es que
es verdad. A mis 22 años he vivido tantas cosas que abruma. Desde
momentos poéticos hasta dramas muy enrevesados.
He
pisado 18 países diferentes. Sonará a mucho, sonará a poco, pero para mi nunca
sonará a suficiente. Creo que cuando me di cuenta de lo que realmente significa
viajar fue en 2009, cuando viajé con mi amiga Marina a Edimburgo. Fue el primer
viaje “adulto" que hice. Las dos solas, 5 días en Escocia. Las posibilidades
eran infinitas y las aprovechamos todas. Al final, a la hora de irnos, me puse
a llorar porque me daba cuenta de lo que me había perdido hasta ese momento. El
mundo es increíble. Y me encanta descubrir un poquito más cada año.
No
solo es que haya tenido la suerte de ir a muchos lugares, de vivir muchas
experiencias. Es que he tenido siempre a alguien especial con quien hacerlo. No
sólo los acompañantes conocidos (en su mayoría de las veces, la ya nombrada
Marina), sino también la gente que he conocido. Con algunos sigo hablando,
otros se dejaron perder por el camino. Pero de todos ellos me he llevado algo a
casa. Nuestro entorno es tan tan tan pequeño. Por eso a veces me ahogo, porque
sabiendo la cantidad de cosas increíbles que hay fuera por descubrir, me cuesta
mucho trabajo quedarme sentada en mi silla y subrayar los apuntes.
Pero
volviendo al principio del texto. He dicho que el 2012 ha sido un viaje. Bueno,
la vida es un viaje, muchos paralelismos se han hecho ya al respecto y no me
extraña, pocos habrá tan buenos. En fin, este último año probablemente haya
sido mucho mejor que el anterior. Sobre todo porque terminé el 2011 como he
comentado, llorando por lo que podría ser. Hoy sin embargo me niego a llorar y
menos por ese motivo. Estoy intentando apostar por lo que va a ser. Como
siempre, empiezo el nuevo año cargada de proyectos, de ilusiones. Algunos
sueños se convertirán en realidad otros no. Pero si me negase a soñar y no me
arriesgase a tropezar y caer, más me valdría estar muerta.
He
estado a punto de caer en un bucle de autocompadecimiento y anhedonia bastante
triste. Y aunque ahora sea un poco tarde para ponerle solución, me alegro de
darme cuenta de que efectivamente, no puede seguir así.
Así que una vez más, cerremos un capítulo y empecemos otro nuevo.
Esperando que sea mejor que el anterior, peor que el siguiente. Apretando
fuerte los puños por los nervios de no saber qué va a pasar. Si estaré en esta
mesa, con este ordenador en 12 meses dándole la bienvenida al 2014 o si ni
siquiera seguiré escribiendo en el blog. Si seré más feliz o más desgraciada.
No lo sé, y ahí está la gracia. A veces se me olvida que tenerlo todo bajo
control lo hace todo más aburrido.
A
vosotros, los que me leéis muchas gracias por hacerlo. Probablemente al leer
mis líneas sintáis que me conocéis un poco más, y así es. Por eso me siento
terriblemente agradecida por vuestro interés en saber un poco más de mí cada
día, de lo que pienso, de lo que me pasa, de las tonterías que se me ocurren.
Sé
que no sois muchos, pero eso no me importa. En este caso es una cuestión de
calidad y no de cantidad. Por eso os deseo un muy feliz 2013 y que nos volvamos
a ver dentro de poco por “Locura de sabios”.
Un
abrazo muy fuerte,
Lalalie.
"So let us change what we can and accept what we can't,
And impart some of the wisdom from that tried and tested man
Oh, there's no harm in being wrong, you know, no
In fact to me, it's common ground, yeah".
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarFeliz entrada de año Astrid. Seguro q el 2013 llegará cargado de kilómetros y aventuras. Espero q algún día yo también pueda viajar y no sólo con la mente. Mientras tanto seguiré leyéndote. Un besazo
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