miércoles, 16 de septiembre de 2009

Carta a una amiga

Querida amiga.
Ha pasado tiempo desde que nos conocimos y aquí sigues. Son muchas las cosas que nos han unido y unas pocas las que nos han separado. Son muchos los momentos que hemos vivido pero aún son más los que viviremos. Perdí ya la cuenta de las veces que hemos reído juntas pero no escapan de mi memoria los momentos en que yo lloré y tu me hiciste sonreir. Miles de consejos me has dado y eres dueña de mis secretos. Con una mirada me entiendes y me intuyes, y no hace falta nada más para que sepas en qué pienso. Muchas veces te fallé y tú supiste perdonarme. Otras veces te olvidé y me pusiste los pies en la tierra. Sólo quiero pedirte algo. Sé siempre TÚ Y SÓLO TÚ.
No cambies por nada ni por nadie tu increíble forma de ser. Muchas personas te han demostrado que te quieren como eres. No cambies porque algún idiota quiera perderselo. Las tormentas son parte de nuestra vida y es una ardua tarea soportarlas. Pero nos enseñan a darnos cuenta de que, de un modo u otro, la vida es maravillosa. Aprovéchala al máximo en lo bueno y lo malo. No derrames lágrimas por quien no lo merece. Ríe pensando en todas las cosas que te quedan por hacer, que nos quedan por hacer, y exprímele a la vida los buenos momentos que hemos vivido. Gracias por estar siempre ahí y por soportarme cuando se tuerce el camino. Aquí estoy, amiga. Pendiente por si pronuncias mi nombre. Firmado: un pequeño perdofante verde común que te adora.
Aletheia

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