miércoles, 9 de septiembre de 2009

El Tango

El eco de sus pasos retumbaba en mis oídos. A cada minuto, un temblor, un suspiro. Se acercaba más y más y... ahí estaba. Mi corazón quería salir de mi cuerpo. Mis manos temblaban y como en un tango, la pasión llenó la habitación. Me acerqué hasta notar su aliento en mi nariz y él, con suma suavidad y a la vez ansiedad, posó sus manos sobre mi cintura. - "Quiero bailar contigo, y quiero hacerlo ahora"- le susurré al oido. Y entonces, de la nada empezó a sonar, "Adiós nonino" de Astor Piazzolla.

Quiero bailar tango.
Quiero ir a Buenos Aires.
Quiero bailar este tango contigo.
Quiero ir a... donde sea contigo.


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