Hace poco, empezando un libro, me llamó mucho la atención la frase con la que empezaba: "No importa lo que digan los poetas, no amamos con el corazón, sino con el cerebro". Tal cual. Al principio me sentó mal, porque cuando hablo de amor, pienso en mi corazón. Sin embargo, bien visto... tiene razón. Amamos con el cerebro. ¿Acaso no sentimos todo lo demás con el cerebro? ¿Por qué el amor iba a ser una excepción?
A lo mejor los poetas hacen referencia a que cuando amas, lo sientes en todo tu cuerpo. Esa vibración especial que te sacude por completo y que, por supuesto, te acelera el pulso. Es impredecible, es sensacional. Es incontrolable, como un huracán en tu interior.
Reflexionando sobre el amor, ya de paso, me he dado cuenta de que a pesar de poder tenerlo cerca no sé cómo abrazarlo. En mi vida espero tantas cosas, quiero hacer tantas cosas... no quiero tener que dejarlas por amor, no de momento. No quiere decir que quiera vivir sin amor por el momento, quiere decir que ahora mismo lo más importante en mi vida tengo que ser yo, aunque no quiera, porque todavía me queda un futuro por construir. No quiero ser infeliz para ser feliz. Es complicado pero, tendré que conseguirlo porque es así como veo mi vida. Independencia es lo que busco. Independencia emocional, en la que me preocupe solamente por lo que yo siento y no por lo que hago sentir a los demás. No digo que no sea importante, pero es menos importante. Al fin y al cabo mi vida la vivo yo.
No quiero darme por vencida, ni conformarme. Me merezco alcanzar mis metas, mis sueños. Se muy bien lo que quiero, pero no cómo lo quiero. Sé que no quiero comprometerme, pero no quiero renunciar a algo que forma parte de mí, que me completa en cierta medida. No sé si seré capaz o no de rellenar ese hueco, de completar el rompecabezas.
Llevo tanto tiempo pensando y pensando en qué sería lo mejor, lo más correcto que me he olvidad de pensar en lo que realmente me haría feliz. Sé que no puedo cambiar lo que soy, pero necesito cambiar el dónde estoy, con quién comparto determinados momentos.
Dicen que los cambios son difíciles de afrontar, pero es lo que yo necesito ahora mismo. Una brisa de aire fresco, que me espabile de una vez. Que me despierte de este letargo que me acompaña. Una gota de inquietud para completar la receta de mi felicidad.
A lo mejor los poetas hacen referencia a que cuando amas, lo sientes en todo tu cuerpo. Esa vibración especial que te sacude por completo y que, por supuesto, te acelera el pulso. Es impredecible, es sensacional. Es incontrolable, como un huracán en tu interior.
Reflexionando sobre el amor, ya de paso, me he dado cuenta de que a pesar de poder tenerlo cerca no sé cómo abrazarlo. En mi vida espero tantas cosas, quiero hacer tantas cosas... no quiero tener que dejarlas por amor, no de momento. No quiere decir que quiera vivir sin amor por el momento, quiere decir que ahora mismo lo más importante en mi vida tengo que ser yo, aunque no quiera, porque todavía me queda un futuro por construir. No quiero ser infeliz para ser feliz. Es complicado pero, tendré que conseguirlo porque es así como veo mi vida. Independencia es lo que busco. Independencia emocional, en la que me preocupe solamente por lo que yo siento y no por lo que hago sentir a los demás. No digo que no sea importante, pero es menos importante. Al fin y al cabo mi vida la vivo yo.
No quiero darme por vencida, ni conformarme. Me merezco alcanzar mis metas, mis sueños. Se muy bien lo que quiero, pero no cómo lo quiero. Sé que no quiero comprometerme, pero no quiero renunciar a algo que forma parte de mí, que me completa en cierta medida. No sé si seré capaz o no de rellenar ese hueco, de completar el rompecabezas.
Llevo tanto tiempo pensando y pensando en qué sería lo mejor, lo más correcto que me he olvidad de pensar en lo que realmente me haría feliz. Sé que no puedo cambiar lo que soy, pero necesito cambiar el dónde estoy, con quién comparto determinados momentos.
Dicen que los cambios son difíciles de afrontar, pero es lo que yo necesito ahora mismo. Una brisa de aire fresco, que me espabile de una vez. Que me despierte de este letargo que me acompaña. Una gota de inquietud para completar la receta de mi felicidad.
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