lunes, 29 de junio de 2009

Punto y seguido

He llegado a un punto en el que lo que siento es como un eco. Al principio resuena, pero si lo dejas pasar va menguando hasta desaparecer. Así es todo, al principio estremecedor, embriagador... luego sólo deja un mal sabor de boca, agrio. Así eres tú. Sinceramente, no tengo ni idea de cómo abordarte, y, aunque esto me fascine, a la vez me deja eso, un mal sabor de boca. No sé si lo hago bien o si lo hago mal. Necesito que me des alguna pista, sino me voy a acabar perdiendo.
Odio las comas, los paréntesis y los puntos y aparte. Quiero escribir un punto y seguido en nuestra historia.
Me frustra pensar que soy la única que probablemente eche de menos algo que nunca ha existido, sólo en un vago sueño o pensamiento que pasó por mi cabeza en este último mes, un mes que desde luego, no ha sido nada fácil y que, finalmente, ha llegado a su fin.
Me voy a ir, te vas a ir. Haremos nuestras vidas y pronto volveremos a escribir ese renglón vacío que dejamos. O a lo mejor me tocará escribir sola. Rellenar el hueco con palabras absurdas para darle un final a lo que hace no mucho decidimos empezar. Sólo espero poder decirte adiós, mirarte a la cara y decirte que te voy a echar de menos.

martes, 23 de junio de 2009

Pequeño baremo

Aún cuando pensaba que mi vida ya había cambiado bastante, da un giro de 360 grados. Es hora de hacer baremo de todo lo vivido este último año. De comprobar que no ha sido un sueño. Es el momento de decidir por qué ha merecido tanto la pena, y creo que nome va a costar averiguarlo. Desde luego es la gente, en su conjunto, el ambiente. Gente que ha madurado (por fin) aunque los hay que no, pero los que menos. Estoy haciendo algo que me va a definir completamente como persona, lo que voy a ser hasta que me muera. Sí, el resto de mi vida, de la cual sólo he vivido una pequeña parte.
Es porque estoy inspirada en lo que hago. Porque me he dado cuenta de que no valgo para otra cosa. Creo que estoy descubriendo mi vocación. No sé muy bien enfocada a qué, pero si sé en qué ámbito. Por lo menos ahora lo tengo claro, pero como he podido comprobar, es un sentimiento muy cambiante. Espero que no se vaya, me siento feliz sabiendo que estoy donde quiero estar, con quien quiero estar y haciendo lo que realmente quiero hacer.


Feliz verano a todos :). Lalalie.

domingo, 14 de junio de 2009

¿Hasta cuándo?

Dicen, aunque yo no me lo creo, que el tiempo lo cura todo. Lo que pasa es que seguir angustiándose, preocupándose o amargándose por algo que ocurrió hace un determinado tiempo resulta, simplemente, absurdo.
Hay cosas que es mejor dejarlas pasar. Pero la herida ahí queda, y lo notas porque de vez en cuando alguien decide abrirtela otra vez, sin querer o queriendo, pero el caso es que no termina nunca de cicatrizar.
Me parece de cobardes entregarle la tarea del olvido al tiempo. Porque el olvido no existe, siempre recordamos. Podemos decidir no recuperar esos recuerdos, pero están ahí, listos para volver a ser recordados cuando queramos. Enviar ese pulso eléctrico que nos hace ver y sentir lo que hace tiempo que pasó.
Pienso que es bueno pasar ciertos recuerdos a un segundo plano en nuestra cabeza. Optar por ignorarlos, sino nos volveríamos locos. Lo que no alcanzo a entender es por qué hay gente que se empeña en seguir rememorando cosas que, simplemente, un día optaste por ignorar. Porque cada vez que sentías lo que sentiste te derrumbabas. Por qué hay gente que decide no desaparecer nunca.

Y yo me pregunto, ¿Hasta cuándo?

jueves, 11 de junio de 2009

Dios no existe


Dios no existe. Nos lo hemos inventado, o más bien, la humanidad se lo inventó. Quizás haya, como mucho, una fuerza incandescente que creó el universo y que a algunos les gusta llamar "Dios". Soy persona de cienca, no creo en lo que no puedo ver, tocar, oler... Pero, ¿y en lo que puedo sentir? ¿He de rechazar quizás, todo lo que siento, por ser reacciones químicas? No lo sé, pero probablemente eso me quitase la esencia de humanidad. Si todo lo hiciese en contra de las sustancias que entran y salen de mi cuerpo. Hormonas, proteínas, lípidos, glúcidos... Todo se reduce a eso, una serie de carbonos dispuestos de una manera u otra en el espacio, junto con unos elementos u otros, sí señores, todo inerte.
Acaso pues, ¿deberíamos creer en Dios? O quizás debiéramos odiarle, por darnos esperanzas acerca de que somos especiales cuando, al final, somos simplemente igual que todo el universo, pero en una conformación distinta, elementos combinados de otras maneras, células que se juntan para ejercer una función en un conjunto denominado cuerpo humano.
Luego acabo deduciendo que no, que Dios no existe. Que nuestro único Dios es el Big Bang, el carbono, los glúcidos y lípidos, las enzimas... ese es el verdadero Dios, es la esencia de la vida, de nuestra vida.
Cuántas veces nos habremos planteado esta pregunta, cuántas veces nos habremos decepcionado con las vagas respuestas.
Yo no creo en un dios todopoderoso, pero sí en una química todopoderosa, que todo lo puede crear y destruir.

martes, 9 de junio de 2009

Tus cosas y tú. La manera en que las haces. Tu sonrisa y tú. La mirada que tienes. Tus manos. Todo.
Me tienes intrigada desde el primer momento, has captado mi atención, casi convirtiendote (si no lo eres ya) en una obsesión. Me paso el día preguntándome qué harás. Si tu sonrisa y tú, tus manos y tú, tu mirada y tú, estaréis acordandoos de mí.
Sonrío como una idiota al recordar esos momentos en los que conseguí hacerte sonreir, en los que me hiciste sonreir. En los que nuestros ojos se clavaban sin decirnos nada, silencio... y caricias.
Me estoy volviendo loca, probablemente, porque no sé qué hacer.

Quiero verano y lo quiero YA.