sábado, 29 de agosto de 2009

Vicio

Juré que nunca más probaría una gota de alcohol. Prometí a mis amigos ser una persona de provecho y dejar de arrastrarme por los callejones de Madrid. No he podido, soy débil y siempre lo seré. Tengo 30 años, y no creo que cumpla muchos más. No, he llegado demasiado lejos. No sólo me arde el estómago, siento puñaladas en el costado y la cabeza me da vueltas. Estoy tumbado, con la cabeza hacia el cielo estrellado, pero no puedo verlo, mi visión está nublada. Quizás debí rechazar aquel whisky, maldita pelirroja.
Ahora, cuando veo que mi cuerpo está en las últimas, pienso en lo que ha sido mi vida. Todo fue bien hasta que empecé con los botellones. Hasta que sentí esa embriagadora sensación de seguridad, de fortaleza, todo te parece divertido... Conocí resacas y resacas, pero me convencía de que merecía la pena, hasta que descubrí que sería mejor no tener resaca, es decir, beber durante todo el día, tener esa sensación de por vida. Sí, resultaba ser la mejor solución...
No me daba cuenta, pero faltaba al trabajo, no llamaba a mis amigos, sólo bajaba al chino a por más cerveza, whisky, ron, vodka, sangría, vino...
Y ahora qué, aquí tendido, lamentándome de lo que he sido y de lo que pude ser y no soy. Me gustaría tener una pistola, acabar con esto de una vez. Me gustaría volarme la cabeza y sentir el dolor que he causado, librar mi mente de mi cuerpo envenenado.
Las estrellas brillan muy fuerte esta noche, que pena que no las pueda ver... quizás si cierro los ojos y estiro el brazo las alcance con la mano.

viernes, 28 de agosto de 2009

Sueña

Sueña alto, sueña lejos. Sueña.

Sueña grande, sueña fuerte. Sueña.

Sueña verde hierba, sueña amarillo solar.

Sueña rojo fuego, sueña azul ultramar.

Sueña blanco de luna, sueña blanca sonrisa.

Sueña rosadas las rosas y rosadas las mejillas.

Sueña imposible, sueña infinito. Sueña.

Sueña invisible, sueña gigante. Sueña.

Sueña beso, sueña mirada.

Sueña viva, sueña enamorada.

Sueña camino, sueña sus huellas.

Sueña tu mundo hecho de cosas bellas.

Sueña, simplemente, SUEÑA.

Aletheia

martes, 25 de agosto de 2009

The Big Bang Theory


Saliendo un poco de la temática habitual en mis textos, hoy me apetece hablar de una serie nueva que, después de Lost, ha conseguido engancharme bastante por ser original y contar con un tipo de humor que me encanta: el sarcasmo y la ironía.

Esta serie trata en concreto de dos chicos (Leonard y Sheldon) que viven juntos en un piso. Éstos resultan ser unos cerebrines dedicados en cuerpo y alma a actividades 100% frikis, empezando por que trabajan en un laboratorio de físicas avanzadas, sus tardes de halo, su devoción por los superhéroes y demás. También están sus otros dos amigos (Wolovich y el indio cuyo nombre no recuerdo ahora..) pero bueno. El caso es que un día Penny, una chica de Nebraska que deja algo que desear en su intelecto y nada que desperdiciar en su cuerpo, se muda al piso de en frente. De aquí surgen mil y una situaciones divertidas que tenéis que ver...

Creo que sería buena idea que todos vieseis al menos el capítulo piloto de esta serie porque es muy divertida, los capítulos son cortos (16 minutos aproximadamente) y los actores son muy buenos, sobre todo el que hace de Sheldon (el más superdotado de todos).
Bueno aquí mi pequeña crítica sobre la serie. Os dejo el link para ver el primer capítulo en megavideo: http://www.megavideo.com/?s=seriesyonkis&v=O77FA78U&confirmed=1

Para los que sepáis inglés os recomiendo la versión original, pero eso siempre (menos en buscando a nemo jaja). Un saludo.

Dicen...

Dicen,
Que las palabras que tú dices
No están hechas para mí.

Que somos incompatibles
En este mundo
De cosas inservibles
Cuando yo sé que no puedo
Vivir sin ti.

Dicen,
Que todo es mentira
Que yo me lo imagino
Pero no es así.

Somos compatibles
En este mundo
De cosas inservibles

Tu estás hecho para mí.
Yo estoy hecha para ti.

Y les gusta decir
Que es todo lo contrario
Que es todo mentira
Que todo acabará cuando se ponga el sol.


Lalalie.

sábado, 22 de agosto de 2009

El equilibrio es imposible

Confía en mi
nunca has soñado
poder gritar
y te enfureces
es horrible
el miedo incontenible

entonces ven
dame un pedazo
no te conozco
cuando dices qué felices
qué caras más tristes
qué caras más tristes
ella sabe y presiente
que algo ha cambiado
dónde estás
no te veo es mejor
ya lo entiendo ahora
ya no me lamento
yo sigo detrás
para qué

si cada vez que vienes me convences
me abrazas y me hablas de los dos
y yo siento que no voy
que el equilibrio es imposible cuando vienes
y me hablas de nosotros dos
no te diré que no
yo te sigo porque creo que en el fondo hay algo

ella no me imagina
cazando en los bares
viviendo deprisa
para qué
para qué

si cada vez que vienes me convences...

confía en mi
nunca has soñado
poder gritar
y te enfureces
es horrible
el miedo incontenible

entonces ven
dame un abrazo
no te conozco
cuando dices que felices
qué caras más tristes
qué caras más tristes...


viernes, 21 de agosto de 2009

Deseos que entran en contradicción


Te voy a contar cómo fui capaz de cagarla en menos de 30 segundos. Es una historia corta y que seguramente se haya repetido miles de veces a lo largo de los años: chica conoce chico, chica sigue acordándose de chico que no le hacía ni caso. El chico nuevo es simplemente genial, pero chica no se ve capaz de apreciarlo al 100% por acordarse del otro chico que, evidentemente no le va a hacer ningún bien. Chica está hecha un lío y decide contárselo al chico nuevo. Fin de la historia. Estoy harta del consciente y subconsciente. De hecho estoy leyendo un libro (El alma está en el cerebro, de Punset) y acabo de pasar por el capítulo del subconsciente. Nos propone que éste rige nuestro comportamiento más de lo que nos gustaría admitir. Entonces, las decisiones conscientes no son tan cosncientes, sino que se rigen por lo que realmente nos gustaría que pasara aunque conscientemente queramos otra cosa, porque sí, el consciente y el subconsciente pueden estar en contradicción. Puedes creer querer una cosa cuando en realidad quieres otra. Entonces me pregunto ¿qué diablos quiero yo? ¿Lo que quiero y lo que creo que quiero entran en contradicción? Para eso creo yo, que habría que hacer una especie de juego, Dos fotos, dos personas. Según abres los ojos señalas uno. Al que señales es al que quieres. ¿Pero hasta qué punto es verdad eso? cuentas con milésimas de segundo para que tu consciente se imponga. Pongamos otro ejemplo, el cual sirve para cualquier decisión entre dos cosas. Tiramos una moneda al aire, cara una cosa cruz otra. Mejor que la tire otra persona ajena al problema. Mientras la moneda está en el aire, inconscientemente estarás deseando que salga una de las dos opciones más que la otra. Y ahí está, eso es lo que realmente quieres. No lo que creas querer o lo que inconscientemente creas. Supongo que es una mezcla de ambas. Nunca me he arrepentido de las decisiones que he tomado mediante ese método... Tendré que tirar una moneda al aire.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Estaremos muertos toda la eternidad...


Nunca he sido digna de un cuento de hadas. Ni si quiera siendo la mala. No estoy hecha para los finales felices, o al menos no de momento. Nunca me he sentido segura de lograr un final feliz. No he conseguido nunca confiar en algo tan fuertemente, ni creo que lo consiga hasta el mismo dia que me muera y sea capaz de ver que, en efecto, es un final feliz. Aunque, ¿qué tiene de feliz la muerte? quizás el poder baremar lo que hemos hecho, quizás es lo que le da sentido a la vida. La vida es de sentido único y todos lo sabemos. Acabaremos antes o después, pero acabaremos.
El sentido de la vida es pues, una dirección que seguir o puede que algo más. Yo diría que, más bien, el sentido de la vida es vivirla, es sentirte vivo y alcanzar a rozar un poco de felicidad en algún segundo. Eso es haber vivido la vida. Experimentar, no sólo lo bueno, sino también lo malo, para poder valorar los buenos momentos.
No creo que estemos aquí por ningún motivo en especial. Estamos aquí para vivir la vida, que es lo único que tenemos que hacer, es lo único que podemos considerar nuestro. Podemos coger una pistola y meternos un tiro cuando queramos. No diría que no lo he pensado, por supuesto no en serio, pero la curiosidad me mata ¿Qué hay después de morir? apuesto a que lo que había antes de nacer: nada.
Lo único que me consuela (y tampoco me complace demasiado) es que no seremos conscientes de nuestra "no existencia" no estaremos ahí para ver que no existimos. Es un concepto difícil de captar pero una vez se entiende es hasta tranquilizador.
Cada vez que pienso en la muerte es inevitable sentir angustia. Es una angustia que sólo la muerte me ha causado, bueno, ha habido alguien capaz de hacerme sentir así. Es como tener un agujero negro en el estómago, que te absorbe desde dentro, te mareas y finalmente ocultas tu cara en un cojín, tratando de soltar un grito ahogado, a la vez que reanudas tu respiracion, acompasándola al ritmo de tu corazón...
Para qué darle vueltas, todos vamos a morir, ¿no es así?

domingo, 9 de agosto de 2009

Oda a la vida

¿Y qué importa lo que digan los demás?

Corre, salta, grítalo, que todos lo oigan. No tengas miedo. Estás viva. Respiras, hablas, piensas, caminas, ríes y también lloras. Eres feliz y a veces estás triste. Conoces gente, lugares, comidas, costumbres e idiomas. Pero, ¿y todo lo que te falta por conocer?

Que todos te oigan. Canta, baila, siente, exprésate. Prométete que nadie va a cambiarte. Eres como eres. Sonríe y muéstrate.

¿Qué importa lo que digan los demás? Sorpréndete por las pequeñas cosas, asómbrate, entusiásmate, sueña dormida y despierta. Sé feliz con lo que eres, con lo que tienes, con lo que ha de venir. Que nada te pare.

Ésta eres tú. Esta es tu vida. Te queda un largo camino por recorrer. El primer paso tienes que darlo tú. Destierra tus miedos, abandona tus tristezas, deja a un lado la vergüenza, tira por la borda el cansancio y la resignación, que este barco no se detiene. En una palabra: VIVE.

Aletheia

Se busca

Se busca…

Se busca compañero para compartir una vida.

Deberá estar dispuesto a soportar compañera cariñosa en exceso a veces, con enfados fáciles pero también fáciles perdones; orgullosa en ocasiones, pero humilde si se requiere.

Aspirantes: se trata de una compañera parlanchina y atolondrada. Aquel que la desee debe ser buen escuchador y saber que pasará horas hablando con ella, y sobre todo escuchándola.

Absténganse todos aquellos candidatos que no deseen pasar tardes enteras riendo por nada, o llorando por todo.

Se requiere compañero cariñoso. Alguien a quien le sobren abrazos, besos, caricias y sobre todo paciencia. Se necesitan ciertas dotes de psicología para comprender a esta contradictoria y alocada libra de risa y lágrima fácil.

Ni lo intenten aquellos que no deseen escucharla maravillada describiendo películas, cuadros impresionistas o libros fantásticos basados en tierras lejanas inexistentes. Ella vive en su propio mundo. No traten de sacarla de ahí. Simplemente dejen que sea ella quien les abra la puerta…

Un buen año


Un diálogo que me ha dado mucho optimismo en esta época de vacas flacas. Merece la pena.


-¡Punto de partido! ¡Ace! ¡Juego! ¡Set!

-¡No hablarás en serio!

-¡Bien!

-¡No necesitas hurgar en la herida!

-La cuestión es ¿por qué no lo celebras tú también?

-Porque he perdido.

-Pues un hombre debería aceptar sus derrotas con la misma elegancia con que celebra sus victorias. Venga, baila un poco. ¡Brazos triunfales arriba! ¡Baila, no te balancees como un italiano!

-¡Sí, he perdido, he perdido! ¡Esto es una estupidez!

-Un día te darás cuenta de que un hombre no aprende nada de sus victorias. En cambio el acto de perder puede repercutir en una gran sabiduría, cuyo artículo menor sería que se disfruta mucho más ganando. Es inevitable perder de vez en cuando. El truco consiste en no convertirlo en un hábito.

Aletheia

Mi único error fue quererte...

Mi único error fue quererte, querer tenerte siempre entre mis brazos

Y es que los lazos de este amor no se basaban solo en verte

O en tenerte siempre en mi pensamiento

Sabe Dios que nunca miento si te digo que te quiero.

Y quisiera raptarte y llevarte conmigo a donde los miedos se mueren y la tristeza se ha ido.

Y quisiera besarte, abrazarte, hacerte mío donde lo demás no importa y se queda en el olvido.

Te prometí un castillo de besos, de esos que quitan el sentido, te prometí una vida, te prometí un destino.

Tú prometiste un universo. También amarme siempre y estar siempre en mi camino.

Pero tu universo se apagó y el camino se ha borrado. Las flores que un día plantaste hoy se han marchitado.

Sueño contigo dormida, despierta, sola y acompañada. En mis mejillas se suicidan dos gotas de agua salada.

Hoy mi cama está vacía, baldía, abandonada: echa de menos tu calor, tus caricias y tu mirada.

Y mi vida sigue aunque esta historia está acabada. Y tengo sin remedio mi alma a cal y canto cerrada.

Y aún tengo la esperanza de que un día vengas a verme, que digas que me añoraste y no dejaste de amarme.

Y aún espero inquieta a que se aclare tu mente

Y te susurraré al oído que mi único error fue quererte…

Dedicada a JM 02/08/09

Aletheia

Di que me quieres

Di que me quieres y llegaré al fin del mundo,
pues por ti no hay camino largo, río estrecho o mar porfundo.
Di que me quieres y construiré un castillo de besos,
que uniendo tus labios y los míos en tu memoria quedarán presos.
Di que me quieres y subiré volando hasta el cielo,
bajaré para ti la luna si en verdad ese es tu anhelo.
Di que me quieres y recorreré mil desiertos
si al final del camino me esperan tus brazos abiertos.
Di que me quieres y soportaré la más feroz tormenta y la más cruel tempestad
si me dices que me quieres, si lo dices de verdad...
Dedicada a JM, 14/04/09
Aletheia

La más sincera declaración de amor

Puede parecer que soy avariciosa. Pero espero que me entiendas.

No quiero un beso, quiero millones de besos contigo.

No quiero un día a tu lado, sino todos los días.

No quiero una risa o una lágrima, quiero toda la alegría y felicidad que sea capaz de darte y toda la tristeza que pueda borrar de tu vida.

No quiero un momento, quiero una vida.

No quiero una mañana, una tarde o una noche: quiero amanecer viéndote despertar, quiero pasar mi día contigo y quiero dormirme en tus brazos.

No quiero ver cómo te levantas, sino verte caer y ofrecerte mi mano.

No quiero verte reír, quiero mirarte y saber que soy la causante de tu risa.

No quiero contemplar tus ojos una vez, sino una y mil veces hasta que se confundan con los míos.

No quiero un hueco en tu corazón, sino ser tu corazón.

No quiero darte un soplo de aire, sino ser el aire que respiras.

Dedicada a JM, 16/07/09

Aletheia

Hombre gris

Ahí va andando un hombre gris. Tan gris como la ceniza del cigarro que porta entre sus labios y tan gris como su existencia. Marcha andando despacio por las calles de la cuidad. Toma el mismo autobús gris que le conduce como cada fatídico día a un trabajo rutinario, aburrido, monótono y por supuesto gris. A su alrededor todo es triste y amargo. Cuando él pasa todo se nubla, se borran las sonrisas y se marchitan las flores. Se mira en el espejo y solo ve reflejado a un hombre gris con el pelo gris y los ojos de un gris gastado de esperar y esperar. Su gesto delata cansancio y aburrimiento pero sobre todo tristeza. Tristeza porque nunca supo ni sabrá sonreír. Tristeza porque todo es igual siempre y no importa lo que él haga por intentar cambiarlo. Tristeza porque es consciente de que su vida es monocolor y que la única tonalidad que es capaz de distinguir en ella es el gris. Solitaria casa gris en el centro de una ciudad gris frente a una plaza gris con palomas grises que vuelan desorientadas con un cielo gris de fondo.

Y es entonces cuando un día la ve al otro lado de un paso de cebra. Sabe que la ha visto porque algo ha cambiado. Por primera vez en su vida ha visto más de un color. Y no sólo más de uno, sino que todos los colores del mundo irradian de ella. Rojos, anaranjados, violetas, azules, verdes, rosados y amarillos se mezclan sin ton ni son pero en perfecta armonía en un solo punto. El hombre gris palpa su pecho y se asusta. A su alrededor el tiempo pasa lento mientras ella cruza de un lado a otro de la calle. Pero su corazón (dormido hace tiempo por la esperanza perdida) late acelerado ante esta visión que no conoce. Entonces decide seguir a esa luz coloreada. No sabe por qué pero ha decidido que hoy su trabajo gris puede esperar.

Intenta describirla con una palabra, pero es imposible. Es alta y delgada y su pelo negro, liso y corto. El hombre gris ve cómo por donde ella camina comienzan a surgir colores donde antes no los había. Ella camina sin prisas por la acera contemplándolo todo con una sonrisa en la cara. Camina ajena a los sentimientos de un hombre bueno que la sigue. Camina ignorando que le ha cambiado la vida. Y sobre todo camina sin saber que en unos instantes su propia vida va a cambiar…

Aletheia

jueves, 6 de agosto de 2009

Una noche por Madrid

Ella caminaba despacio, saboreando cada segundo que pasaba a su lado. El viento se enroscaba en su pelo, como los dedos de ambos. A paso acompasado, miradas furtivas y deseos incontrolados. Todo ello en una calle intransitada de Madrid. Todo ello sin nada que decir, sólo cosas que sentir, que escuchar, que oler, pero sin pronunciar una palabra.
Seguía caminando, pero algo extraño pasaba. Los pasos acompasados no eran tan contundentes, el eco era de una sóla pisada. El viento ahora se enroscaba en sus dedos, vacíos. No palpaba más que aire. La mandíbula desencajada y visión nublosa.
Ahora lo entendía todo, estaba soñando despierta, o más bien alucinando. Se acordaba del momento en el que todo empezó. Esa copa que se pidió, no sólo llevaba ron y coca cola. Era algo más. Algo que al principio vino acompañado de euforia y que ahora sólo le dejaba un mal sabor de boca por el vómito que había provocado.
Sóla en la calle, sabiendo que cualquier persona podría hacerle lo que quiera, tenía miedo y sus rodillas cedieron. Su cuerpo se posaba sobre el suelo. Los minutos pasaban como horas y ella sólo deseaba que todo pasara. Quería llegar a casa y sentirse segura, pero su cuerpo había pasado a ignorar sus pensamientos, estaba dividida en dos.
Se sentía estúpida, titubeando con voz temblorosa, anhelando que alguien le sacara de ese agujero. Pero nadie llegaba, nadie. Entonces cerró los ojos, dejando ganar al cansancio.