sábado, 24 de agosto de 2013

Mi querido gentleman


Lo primero, que tenga barba. Que no tenga cara de niño, vamos,  que se vea que es hombre. Lo segundo, que sea rubio o pelirrojo. Nada de morenazos ni chulos de playa... de hecho, que no le guste la playa, que odie que se le pegue la arena y le de miedo lo que hay en el fondo del mar. Aunque por otro lado, aunque esté muy asustado de lo que las aguas marinas aguardan, esté dispuesto a acompañarme para asegurarse de que no me pasa nada. Que tenga un cariño incondicional pero que no me agobie. Que no me de besos todo el rato, pero que sí que me abrace, con fuerza y sentimiento. No quiero abrazos de dos palmaditas en la espalda, quiero de los que te quitan el aliento. Quiero que me haga sentir por él lo que no he sentido por nadie antes, que me ayude a cicatrizar antiguas heridas. Que me entienda y que sepa lo que necesito sin tener que decírselo. Que me vea, que me acaricie y que me agarre de la mano. Pero no todo el rato. Que me diga que me quiere, pero una vez al mes y que me lo demuestre, al menos una vez al día. Busco a alguien apasionado, pero no obcecado ni animal, no soy un trozo de carne ... ni él tampoco. No me gusta el tabaco, así que nada de fumar... de hecho que no tome droga alguna, salvo el alcohol. Que le guste la cerveza y mucho. Pero que tampoco le guste emborracharse todos los días del fin de semana. Que me ponga alto en su lista de prioridades, pero que no me endiose. Que me trate como una mujer, no como a una "princesita". Que le guste la política, que le interese lo que pasa en el mundo, me da igual la ideología o el color. Que sea consciente de su entorno. Que se abrume con una bonita puesta de sol y con un videjuego de última generación. Y sobre todo, que no tenga miedo al cambio, que quiera viajar conmigo y que esté dispuesto a empezar de cero varias veces.

Si alguien me pregunta qué es lo que busco en un hombre, esto es a groso modo, lo que espero... en principio.

Sed felices,

Lalalie